Hoy, once de noviembre, el tiempo se abre en simetría. En la numerología espiritual, el 11:11 refleja el equilibrio, el espejo, el llamado silencioso a recordar quién eres cuando el ruido se aquieta. Te compartimos esta meditación para acoger la magia del universo y reconocer la potencia que se expande dentro de cada ser.
Cierra los ojos. Respira profundo.
Deja que el aire entre a tu cuerpo, expandiéndose a través de cada espacio con la luz especial de un regalo.
Siente el pulso de la Tierra bajo tu cuerpo, el pulso del cielo sobre tu cabeza, y en medio, ese hilo invisible que te sostiene desde lo más alto, hasta la raíz más profunda de ti.
Inhala luz, exhala sombra. Deja que se encuentren en el centro, donde nada sobra, donde todo es uno.
Cada inhalación abre un portal, cada exhalación lo consagra.
Quédate en silencio. Siente cómo el universo respira contigo, cómo cada latido se alinea con algo mayor y antiguo, con la danza invisible que sostiene los mundos.
Cuando abras los ojos, hazlo despacio.
El 11:11 te acompaña en su vibración más profunda, balanceado lo que te sostiene y lo que te promete el horizonte. El 11:11 te recuerda que el milagro no es el número, sino tu capacidad de reconocerlo en cada acto de tu día, y de comprenderte esencia de el balance universal.