La caja de la feminidad es demasiado estrecha para lo que realmente somos. En realidad, se parece más a un laberinto: pasillos que se doblan sobre sí mismos, paredes afiladas, atajos que lastiman, puertas que se abren sólo para revelar nuevas exigencias. Aún así, avanzamos. Nos internamos en él con una mezcla de valentía e ingenuidad, sabiendo que seremos heridas tanto por nuestras propias expectativas como por las del mundo. Pero seguimos. Es el laberinto que nos toca descifrar, y su complejidad nunca será un camino recto. La feminidad, como la vida, es un universo de matices, y en lugar de ríos y montañas, está delimitada por reglas, límites y contradicciones.
The Blooming Body, la colección SS26 de Esant, habita precisamente esa tensión. No desde la narrativa obsoleta de la mujer sumisa, sino desde la realidad contemporánea: la mujer feroz, segura, pulida, con las rodillas raspadas y el cabello brillante. Una mujer que es ambas cosas. Una mujer que es todo.
Aline Díaz nos mostró un cuerpo sin miedo: curvas, clavículas, espinas dorsales, pezones, nucas. ¿Y si el cuerpo nunca necesitó cubrirse para ser digno? ¿Y si la mujer moderna no tiene por qué elegir entre ser sensual o rígida, estudiada o animal, delicada o severa? ¿Y si —por fin— nos damos permiso de ser todo lo que siempre hemos sido?
La colección explora esa yuxtaposición: lo suave del cuerpo contra la seriedad de un chignon limpio, cada uno distinto, silenciosamente individual. Las prendas dialogan entre mostrar y proteger, esconder y subrayar. En cada look, la feminidad se revela como un territorio en constante negociación.
Aline Díaz tiene una predilección evidente por los materiales orgánicos —seda, bambú, algodón egipcio— y por los cortes que parecen simples hasta que te acercas. Ahí aparecen los detalles: aperturas estratégicas, costuras que moldean la silueta para que se ajuste o flote alrededor del cuerpo, logrando ese “effortlessly chic” que ya es parte del ADN de la marca.
En esta entrega vimos patrones florales diseñados in-house y una línea directa de continuidad con su colección anterior. No repite: evoluciona. Cada colección es un nuevo capítulo del mismo libro, una expansión de su universo y así mismo una afirmación más clara de su visión.
The Blooming Body no solo viste a la mujer: la nombra, la entiende y la celebra en toda su complejidad. Es un poema textil sobre lo que somos cuando dejamos de encajar y empezamos a florecer.