
El camino de la transformación es interminable. En su colección Fall Winter 2025, Miu Miu domina la idea de que la posibilidad de expresión de la forma femenina es igual de diversa que las gamas de color en un atardecer.
En la construcción de las prendas se inventa una forma independiente de la silueta de quien la lleva, una figura que
se coloca alrededor y al lado del cuerpo, al margen de su forma natural. Lo femenino se identifica como sinónimo de las curvas plasmadas en las prendas o diseñada en su interior.
Sin embargo, la ropa se manipula, se dobla, se desplaza y se moldea para curvarse. El poder de la feminidad transforma lo esencialmente masculino.
Las copas de los bras delinean el torso, remodelando las apariencias; la ropa interior se reviste de tejidos de punto pointelle, los vestidos protagonizan el de satin y las faldas se inscriben al bies. Hay ternura. La atención se centra en el escote, la sastrería y los vestidos caídos se alejan, revelando el cuerpo que hay debajo.
La pasión por el detalle se muestra en los juegos monocromáticos entre tonos y los contrastes de colores reflejan la auténtica presencia de quienes habitan las prendas.
Hay un juego que resignifica el valor de lo femenino y lo masculino, reconociendo la diversidad de posibilidades en tamaños, edades, cuerpos y expresiones de género.