Cae la noche y la ciudad despierta, agitándose como una colmena donde todo sucede simultáneamente: la marea roja del tráfico y sus luces inundando las arterias de la capital, los transeúntes apresurando el paso al cruzar las calles entre las cumbias y los corridos que resuenan en las láminas oxidadas de los puestos ambulantes; el bullicio de los hielos, el tintineo de las botellas, la neblina del cigarrillo y el perfume de los vaporizadores… todo ello entre risas y gritos que se elevan en el calor de la noche, emergiendo desde el collage de propaganda política que tapiza las calles de la colonia Roma.
En medio de este surrealismo cotidiano, al refugio de las medias luces de algún foro emergente cerca de Av. Insurgentes, Ana Espinosa, la fuerza creativa detrás de Vondré, banda que ha revitalizado el grunge en la Ciudad de México, aguarda su turno para tocar. Ya en el escenario, luciendo unos ojos cargados de sombras, un slip dress blanco, un collar de púas, mallas de red y un par de Dr. Martens que en su estética revelan un largo kilometraje, Ana emerge como una figura emblemática, afinando su Stratocaster para canalizar desde su introversión la ira, la melancolía y la neurosis de la noche en la ciudad.
Al liderar Vondré, Ana Cristina Espinosa ha tenido el honor de compartir el escenario con bandas tan importantes como Placebo, además de colaborar con otras agrupaciones hispanas emergentes como Margaritas Podridas y El Shirota, ampliando su presencia y resonancia en la escena musical tanto en México como a nivel internacional.
Formada en el Berklee College of Music y el Conservatorio Nacional de Música, Ana ha combinado sus habilidades técnicas con una pasión por el grunge de los 90. Su música aborda temas profundos y emocionales, reflejando su compromiso por visualizar el papel de las mujeres en la escena musical del país.
El primer álbum de Vondré, “Animal”, producido por Mario Rincón y lanzado bajo La Bestia Records en 2020, capturó la esencia del grunge con letras que exploran temas como la nostalgia, la ira, las relaciones tóxicas y el vacío existencial desde la experiencia femenina, ofreciendo una íntima catarsis emocional para su audiencia. Las canciones de Vondré, como “Blanco y Negro” y “Se Trata de Ti”, han resonado fuertemente en la escena musical alternativa, consolidando a la banda como una voz poderosa y auténtica en el panorama musical.
Así, con un potente sonido distintivo y una presencia escénica magnética, Ana no solo lidera Vondré con su voz y guitarra, sino que también encarna el espíritu rebelde y emotivo del fem grunge tanto en la estética alrededor de su música como en la energía que desborda en cada una de sus presentaciones. Esta combinación de talento y autenticidad nos llevó a querer conocer más sobre su trayectoria y su visión artística.
¿Cómo descubriste tu pasión por la música y qué te llevó a elegir la guitarra como tu instrumento principal?
Desde pequeña, siempre estuve rodeada de música por mi familia. Mi papá es guitarrista y me llamaba mucho la atención su guitarra cada vez que la tocaba. Un día le pedí que me enseñara a tocarla. Cuando vio que tenía facilidad, me apoyó con clases de guitarra; y fue ahí que comenzó mi obsesión.
¿Cómo definirías la música y qué lugar ocupa en tu vida diaria? ¿Cómo se refleja esto en tu proceso creativo?
Desde mi perspectiva, la música es un reflejo de los sentimientos; es catarsis. En mi vida diaria, la música lo es todo. No importa qué esté haciendo, todo tiene que ver con la música; cuando no estoy componiendo, estoy escuchándola o hablando de ella. A la vez, mi proceso creativo refleja no solo las influencias que obtengo a diario, sino también el estado emocional en el que me encuentro.
Estudiaste en Berklee y el Conservatorio Nacional de Música. ¿Cómo influyeron estas experiencias en tu visión artística y en la formación de Vondré?
Aprendí a apreciar y entender distintos géneros musicales. Aprendí a componer y ejecutar mis instrumentos a un nivel en el que no necesito analizar lo que estoy haciendo, sino solo fluir de manera natural. Esto simplemente me llevó a componer la música de Vondré. En un inicio, me basaba en la teoría musical y en otros géneros, pero una vez que conoces las reglas, es importante aprender a romperlas para hacer lo que verdaderamente es tuyo y lo que en verdad te gusta, sin importar que en un primer momento pienses que es raro o que no es lo común en una canción. Por otro lado, la música clásica me enseñó mucho sobre cómo expresar lo emocional a través de las dinámicas del propio instrumento.
Tus letras abordan temas profundos y personales. ¿Cuál es tu proceso para transformar experiencias y emociones en música?
Siempre escribo la música primero, intentando descargar todo ese sentimiento que a veces no entiendo. Una vez teniendo la música, puedo empezar a aterrizar lo que siento y entender de dónde viene cierta inquietud. Con eso nacen las letras y, así, puedo terminar de desarrollar la idea completa.
El feminismo es una parte central de tu arte. ¿Cómo integras este enfoque en tu música y en la identidad de Vondré?
El feminismo siempre ha sido parte de la esencia de Vondré porque, como mujer, he pasado por muchas situaciones distintas que me hacen pedir igualdad y justicia. Son situaciones por las que pasan todas las mujeres y es importante hablar de ellas para visibilizarlas, crear conciencia en torno a ellas y acompañarnos las unas a las otras para sanar nuestras heridas. En Vondré expreso todo lo que alguna vez me dañó; por lo tanto, hablo mucho sobre estas experiencias.
¿Qué otros géneros o artistas fuera del grunge han influenciado tu trabajo y cómo incorporas esas influencias en tu música?
La música clásica siempre ha sido mi gran maestra, ya que no necesariamente tiene una estructura estricta como la música contemporánea. Me encanta la exageración en las dinámicas y lo oscura que esta puede llegar a ser, llena de tonos disonantes que embonan perfecto con la composición. Otros artistas que no son grunge pero me gustan mucho incluyen a Mecano, por sus letras y su composición musical, y Death Cab for Cutie, especialmente su álbum “Transatlanticism”, que me trae mucha paz.
Además de la música, ¿exploras otros lenguajes artísticos como la pintura, la fotografía u otros? ¿Cómo se reflejan estas exploraciones en tu trabajo con Vondré?
Me gusta mucho la pintura gracias a mi mamá y a mi abuela. Desde pequeña me sentaba a pintar con ellas y me enseñaron mucho. Mis planes de pequeña eran ser pintora, pero un día descubrí la guitarra. Sin embargo, sigo pintando en mis momentos libres y lo que me gusta pintar son animales o simplemente combinar colores. La fotografía también me gusta mucho, aunque nunca la he estudiado formalmente.
La estética visual de Vondré es muy impactante. ¿Cómo colaboras con otros artistas para desarrollar los elementos visuales y cuál es tu visión estética para la banda?
Definir la estética de Vondré siempre ha sido un reto. Sin embargo, tenemos clara la energía y la corriente que remite al feminismo de los años 90, algo que han plasmado muy bien los artistas con los que trabajamos, como Héctor Flores, quien ha hecho todas las portadas de Vondré desde “Lilith”, y Dozer Girl, quien también nos ha ayudado a crear una imagen femenina y malandra a la vez.
Mirando hacia el futuro, ¿qué nuevas direcciones artísticas o colaboraciones te emocionan explorar y por qué?
Me gustaría explorar algo más electrónico e industrial como Nine Inch Nails. Por otro lado, también me gustaría experimentar con el shoegaze y el post-punk. Siento que Vondré siempre está en constante evolución y experimentamos mucho con distintos sonidos en la producción. En cuanto a las colaboraciones, queremos incluir a artistas locales en algunas canciones de nuestro próximo álbum “00:00”.
¿Qué significado tiene para ti poder abrir espacios para la expresión femenina en un género tradicionalmente dominado por hombres como el grunge?
Mostrar que existimos y que somos muchas a las que también nos gusta este género. Entre nosotras nos motivamos e invitamos a otras que sabemos que también lo están haciendo a participar en los shows y dar una muestra de su arte. Poco a poco se pueden ver más mujeres en los escenarios. Creo que en todos los géneros esto ha comenzado a suceder.
¿Qué consejo le darías a otras artistas emergentes que buscan encontrar su voz y lugar en la industria musical?
Que lo hagan y que sean constantes. Que tomen todas las oportunidades que vean y que también las busquen si estas no se presentan. Que estén 100% activas y orgullosas de hacer su música, ya que al reflejar eso, abrirán muchas puertas. Que sean las mejores en lo que hacen y practiquen mucho. La música es para los necios.