Tiempos post-pandémicos, aquellos que hemos vivido por mucho tiempo, sintiéndose como un eterno ciclo. La cronología de la vida tomó rumbos muy distintos desde la pandemia, la línea del tiempo por la que nos regimos o solíamos hacerlo sigue estando un poco dispersa y está buscando reformarse, revolucionar y adaptarse.
Los tiempos de crisis son aquellos que nos desestabilizan, que nos hacen sentir perdidos y sin punto fijo o determinado en el cual estar parados. ¿Pero qué es lo que determina una crisis? ¿Cómo podemos reconocerla y enfrentarla?
Las crisis se sienten de distintas maneras. Muchas veces no es blanco, no es negro pero tampoco es gris, posiblemente son todas las tonalidades que van en medio de estos opuestos. Estos momentos abren la puerta a cuestionamientos y reflexiones diarias que guían a un diálogo interno de descubrimientos y aún más preguntas entre cada respuesta.
Las crisis nos deberían invitar a ser más conscientes de nuestras acciones y a experimentar nuestra creatividad en múltiples materialidades, a través de dichas exploraciones nos acercamos poco a poco a nuestros procesos creativos y personales para encontrar los puntos clave de nuestra existencia.
Es posible que algunas cosas se pierdan en el camino cuando intentamos buscar las respuestas o un punto de claridad entre tantos cuestionamientos, sin embargo, también es posible que surjan nuevas oportunidades y formas de hacer las cosas. A medida que avanzamos hacia el futuro, debemos adaptarnos e intentar aprender de las posibilidades que nos otorgan estas crisis. Momentos, donde podemos absorber el caos a nuestro alrededor y apreciar los instantes tranquilos.