Chen Yung Hua es un fotógrafo que explora la poesía visual de la luz, el movimiento y la transformación. A través de su lente, transforma la belleza de lo pasajero en un tributo a su eterna fluidez. Con una mirada sensible y atenta, su fotografía se convierte en un puente entre el tiempo y la memoria del paisaje, y el diálogo con lo esencial de la existencia revela la fragilidad de una flor en su esplendor.
¿Cómo capturas la esencia de un momento que parece desvanecerse?
A través de una observación delicada e implacable, la cámara se convierte en un contenedor de momentos fugaces, un guardián tangible de lo efímero. Sin embargo, la esencia debe ser captada con los ojos abiertos, acogida con todos los sentidos despiertos, pues solo vive en un presente que se esfuma.
Bajo el silencio del amanecer, ¿cómo logras hablar con la tierra a través de tu lente?
Mantén la respiración en una reverencia silenciosa, entregándote por completo al abrazo de la naturaleza y a todo lo que atesora.
¿Cómo congelar el latido de una flor, sabiendo que nunca volverá a fluir igual?
En la efímera vida de una flor, hay que sintonizar con las emociones que transmiten momento a momento. El tiempo transcurre continuo, desde la flor de la juventud hasta la gracia de la madurez, desvaneciéndose suavemente en el silencio del alba.
¿Qué observas en las hojas que caen, que otrxs pierden de vista en sus andar apresurado?
La danza fluida de la luz, la plenitud y el vacío de la vida, que se dobla, se eleva y cae al ritmo sosegado del tiempo.
¿Cómo conservar el breve destello de un atardecer sin impedir que penetre la luz del mañana?
Guarda tu teléfono, tus pensamientos; despeja los enredos inquietos ante tus ojos. Suelta el apuro, renuncia a las prisas.