La exploración sonora de Alondra Máynez no solo traspasa los límites del arpa tradicional, sino que la sitúa en un diálogo constante con su entorno. Su inquietud por expandir las posibilidades tímbricas del instrumento la ha llevado a experimentar con técnicas extendidas y fusiones electrónicas, creando paisajes sonoros que evocan tanto la naturaleza como lo etéreo. Desde su formación clásica hasta su incursión en el arpa eléctrica, Alondra ha construido un lenguaje musical en el que cada nota resuena como un eco de su sensibilidad artística.
Si pudieras transformar el sonido de tu arpa en cualquier ruido de la naturaleza, desde el eco de un arroyo hasta el rugido de un volcán, ¿qué elegirías y cómo crees que afectaría la percepción de tu música?
Me encantaría que el arpa reprodujera el sonido de los grillos. Siempre me ha fascinado su característica estridulación, que producen al frotar sus élitros. En mi pequeña pieza Élitros, recreo este sonido al frotar mis uñas sobre el espacio entre las clavijas y los discos de las cuerdas más agudas del arpa.
¿Qué susurros te cuenta el viento cuando acaricias las cuerdas de tu arpa?
Al pasar el aire a través de las cuerdas del arpa, se genera una cama armónica que inevitablemente te lleva a cerrar los ojos y reconectar con el momento presente.
¿Cómo te inspira la naturaleza de tu instrumento?
El arpa es un instrumento versátil y multifacético, con una riqueza inigualable de colores y texturas. Mi intención ha sido explorar sus posibilidades tímbricas en distintos paisajes sonoros.
¿A dónde te transportan los sonidos del arpa?
El timbre del arpa puede llevarte a espacios de calma y meditación, a escenarios de fantasía e introspección.
¿Cómo fue la evolución de tocar un instrumento clásico a tocar un arpa eléctrica?
Crecí en una familia de músicos y en un ambiente completamente clásico, pero con el tiempo sentí la necesidad de explorar nuevas técnicas y tecnologías que expandieran el potencial del instrumento. Ha sido un proceso de aceptación, de aprender a abordar la exploración sonora y la fusión con otros géneros desde una perspectiva más libre, sin la exigencia rigurosa de las formas tradicionales.
¿De cuáles estructuras se origina la composición de tu música?
Mis pequeñas composiciones, generalmente inspiradas en la naturaleza, nacen de improvisaciones que luego complemento con técnicas extendidas, vocalizaciones o sintetizadores.
¿Hay alguna rutina o hábito inusual en tu vida diaria que consideres esencial para tu proceso creativo?
Como nativa de la Ciudad de México, considero casi obligatorio encontrar momentos para escapar del ruido y el estrés cotidiano. Nos hemos acostumbrado a la saturación auditiva, pero para mí es esencial despejar la mente y estar en contacto con el silencio.
Si tuvieras que interpretar una pieza en un lugar completamente inesperado, como una cueva subterránea o la cima de una montaña, ¿dónde sería y cómo crees que el entorno influiría en tu interpretación?
Aprovechar la reverberación natural de una cueva como elemento de diálogo entre el arpa y su eco sería fascinante.
Si pudieras colaborar con cualquier sonido de la naturaleza (por ejemplo, el canto de las ballenas, el viento en el desierto) como acompañamiento de tu arpa, ¿cuál elegirías y por qué?
En mi próximo sencillo, Apnea, traté de emular con el arpa eléctrica el canto de las ballenas y su exhalación, rasguñando el cuerpo del arpa y añadiéndole un reverb masivo.