
Esencialmente, todxs pasamos por procesos transformativos junto con la Tierra que habitamos que muchas veces nos cuesta explorar en nombre o representación. Tatiana, la diseñadora y directora creativa de su proyecto de moda Cueva mantiene presente un juego evolutivo en las líneas de su colección Iztaccíhuatl 36.
-everybody’s got a secret- colaboración con @iceblade19
Iztaccíhuatl 36 reconoce las emociones que acompañan los procesos de cambio atravesados por la prueba y el error, algo fundamental en Cueva. El nombre de la colección lleva consigo la esencia del espacio y punto de encuentro donde Tatiana reunió a un equipo de mujeres y vivió la transición de su casa en taller, oficina y showroom de la marca. Desde este motivo, se hace honor a la base de la colaboración, uno de los valores más fundamentales de la marca, participando junto con otrxs artistas y creativxs como Lalin Vva, quien presentó un acto performance durante la inauguración del show y su proyecto audiovisual acompañó el desfile, lxs arquitectxs Ayesha S. Ghosh, William Fox y Alicja Wozniak, quienes impulsaron la escenografía del lanzamiento; Eduardo Espinosa, quien plasmó sus ideas en prints y un bolso 3D; Mariana Espinosa, cuyas raíces tapatías representan los orígenes de Tatiana; y Marián Roma, quién incorporó sus objetos de metal en las prendas.
Este naufragio recorre el viaje de un proceso natural, inundado en sensaciones, comenzando por el amanecer y su inocencia traducido en tonos sutiles y encajes, una etapa suave e ingenua que luego le dará paso a la transformación hacia una paleta de fuego, marcada por hoyos y experimentación de tinturas que encarnan el caos y la resiliencia de la marca inspirada por las polillas y las mariposas.
Después de la tempestad viene la calma; la tercera etapa respira un profundo alivio, una de las emociones favoritas de su diseñadora. Aquí el metal es el protagonista. No hay movimiento ni ruido. Se siente un juego de contrastes entre la pesadez del print y la ligera transparencia del mesh.
La colección finaliza en una metamorfosis a la luna llena desbordada que irradia luz y energía femenina inspirada por mujeres poderosas. Esta etapa transita la sensualidad con el color negro a través de sus prendas estructuradas y el uso de la piel en segunda vida.
Ante el clima político y económico que ha transformado las condiciones para habitar la Ciudad de México, Cueva planea actuar con resistencia ante los efectos de la gentrificación. Y gracias al crecimiento del estudio, el taller se mantendrá en Iztaccíhuatl 36, y su tienda RUMOR será trasladada a otro espacio en la Condesa, manteniéndose fieles a la zona.