Desde el 15 de noviembre, la histórica sede de Dior en 30 Montaigne se llena de magia para celebrar la temporada navideña. La fachada del icónico edificio se ilumina con animaciones deslumbrantes que cuentan la historia de Dior, donde la tradición se encuentra con la innovación.

Para dar la bienvenida a las fiestas, Dior transforma su fachada en un cuento encantado, adornándola con relojes de cuco que dan vida a una atmósfera fascinante, llena de luces brillantes. A través de estas instalaciones, se rinde homenaje tanto a algunos de los puntos más emblemáticos de París como a los símbolos atemporales de la Maison: la estrella de la suerte, el Bar Jacket, y los bolsos Lady Dior y Saddle. Cada noche, estos iconos cobran vida en una coreografía de luces y sombras que parece sacada de un sueño.

Los escaparates también se convierten en pequeñas escenas mágicas, con detalles en miniatura que transforman el espacio en un teatro de fantasía. Los temas de Dior, desde los primeros días de Christian Dior en Granville hasta el New Look y los desfiles, se reflejan en cuadros que cuentan la historia de la marca a través de objetos decorativos, como esferas de nieve y cajas adornadas. Una banda sonora envolvente acompaña este recorrido visual, transportando al espectador a través de décadas de legado y reinvención.

Entre las sorpresas, se pueden ver decoraciones recicladas del Carrusel de los Sueños de Dior, una instalación que se presentó el año pasado en Saks Fifth Avenue de Nueva York. Además, los interiores del espacio se llenan de detalles oníricos: unicornios, caballitos de mar, tréboles y corales, inspirados en los motivos de la colección Dior Crucero 2025creada por Maria Grazia Chiuri.

Y como toque final, una cafetería efímera en un jardín de invierno invita a los visitantes a disfrutar de un descanso lleno de encanto, en un ambiente que combina la belleza y el lujo de Dior con la calidez de la temporada.