
¿Qué nos hace saber que algo es real? ¿Los colores? ¿Los sentidos? ¿La verdad? Esta nueva colección de Miuccia Prada junto con Raf Simons cuestiona los valores de la realidad y nos invita a reconsiderar la cercanía de nuestra percepción.
Muchas veces, cuando nos concebimos en un mundo imaginario, nos cuesta reconocer una distancia entre lo que observamos, lo que sentimos y lo que realmente sucede. La cercanía refleja emoción: el impulso humano por la proximidad, para compartir espacio y comunicarse; en cambio, visto desde lejos, las piezas pueden aparentar ser algo diferente: los detalles pueden parecer simples, pero de cerca, físicamente, las percepciones se transforman.
En un paisaje de ensueño inventado dentro del Depósito de la Fondazione Prada, hubo un espíritu de libertad, de optimismo y energía juvenil.
Las prendas muestran un juego de detalles en sus cuellos animados, en sus dobladillos dinámicos, en sus colores caricaturescos, como si estuvieran vivos. Intencionalmente arrugadas, patinadas, envejecidas, las prendas llevan trazos del tiempo: la imperfección es otro signo de vida, de realidad.
El espacio en blanco se transforma en una escena de cuento de hadas, donde los personajes salen de una cabaña, con destino a sus nuevas historias. Este show refleja una concepción utópica, donde lo imaginario puede proponer una nueva realidad.