Parece que el tiempo se escapa por el aire y las temporadas vuelan como hojas. Se acerca la llegada del otoño y el cambio de estación exclama cambio de energía.
Del candente y abundante espíritu del verano, el ambiente se va transformando a una brisa cada vez más fresca que refleja un espacio más libre e íntimo.
Para darle un buena bienvenida a este momento de la Tierra, te dejamos dos versiones perfectas de items, acompañados de poemas, para recibir el ánimo del equinoccio.
Gracia y Sensibilidad
To Autumn, John Keats
Dulce estación de nieblas y abundancia,
íntima del sol que madura todo,
que, tramando con él, bendices dando
sus frutos a la vid junto al alero;
que los árboles vences con manzanas
y llenas en sazón todos los frutos,
que hinchas la calabaza, y la avellana
en su cáscara; que abres más y más
las flores últimas a las abejas
que creen que el buen tiempo no termina
pues Verano
colmó sus lentas celdas.
¿Quién no te ve pletórica a menudo?
Quien busque fuera, a veces podrá hallarte
sentada sin cuidado en un granero
con el pelo aventado suavemente,
o la mitad de un surco adormecida
por el efluvio de las amapolas
dejando tu hoz a las mieses y las flores;
y, a veces, como una espigadora alzas
tu cargada cabeza en el riachuelo,
o con paciente mirada, horas y horas,
contemplas del lagar la última sidra.
¿Dónde los cantos ya de Primavera?
No importa; tú también tienes tu música:
mientras las nubes, expirando el día,
florecen y sonrojan los rastrojos;
en coro los mosquitos se lamentan
meciéndose en los sauces junto al río
según se levante o no leve brisa;
y balan los corderos en el monte,
canta el grillo en el seto, en una huerta
dulce silba el petirrojo, y gorjean
bandos de golondrinas en el cielo.
Nostalgia y Remembranza
The Wild Swans at Coole, William Butler Yeats
Los árboles son bellos en otoño,
las sendas de los bosques están secas;
bajo el crepúsculo de octubre, el agua
refleja un cielo inmóvil;
sobre el agua que brilla entre las piedras,
cincuenta y nueve cisnes.
Diecinueve otoños han pasado
desde que los conté por vez primera;
vi, antes de terminar
a todos ascender súbitamente
y dispersarse en grandes semicírculos
sobre sus clamorosas alas.
He admirado a estos seres espléndidos,
mas ahora me duele el corazón.
Todo ha cambiado desde que al ocaso
por vez primera oí en esta orilla
el tañer de sus alas sobre mí
y pasé con un paso más aleve.
Aún sin fatigarse, amante junto a amante,
chapotean en los helados
arroyos amigables o se elevan;
sus corazones no han envejecido;
pasiones o conquistas, donde vayan,
aún los acompañan.
Pero ahora vagan sobre el agua inmóvil,
misteriosos, hermosos;
¿en qué cañaveral harán su nido,
al borde de qué lago o de qué charca
deleitarán los ojos de los hombres
cuando despierte un día y vea que han volado?
Contemplación y tiempo a la distancia
Japanese Maple, Clive James
Your death, near now, is of an easy sort.
So slow a fading out brings no real pain.
Breath growing short
Is just uncomfortable. You feel the drain
Of energy, but thought and sight remain:
Enhanced, in fact. When did you ever see
So much sweet beauty as when fine rain falls
On that small tree
And saturates your brick back garden walls,
So many Amber Rooms and mirror halls?
Ever more lavish as the dusk descends
This glistening illuminates the air.
It never ends.
Whenever the rain comes it will be there,
Beyond my time, but now I take my share.
My daughter’s choice, the maple tree is new.
Come autumn and its leaves will turn to flame.
What I must do
Is live to see that. That will end the game
For me, though life continues all the same:
Filling the double doors to bathe my eyes,
A final flood of colours will live on
As my mind dies,
Burned by my vision of a world that shone
So brightly at the last, and then was gone.
Tu muerte, ya cercana, será fácil.
Te apagas lentamente y sin dolor.
Te cuesta respirar.
Es incómodo. Sientes que se agota
la energía. No el juicio ni la vista.
Se agudizan, de hecho. ¿Advertiste
la gracia suave de la fina lluvia
sobre el pequeño arce,
muros de adobe del jardín rociados,
salón de espejos, Cámara de Ámbar?
Con el caer del sol aumenta el lujo
de ver el resplandor que alumbra el aire.
El brillo nunca cesa.
Tras mi muerte, vendrá siempre que llueva.
Mientras viva, disfrutaré mi parte.
Mi hija trajo a casa el arce nuevo.
En otoño, sus hojas serán llamas.
Aguantaré hasta entonces.
La visión concluirá con mi partida.
Aunque la vida siga indiferente:
Traspasando el portal hasta mis ojos,
riada de colores, vivirás
mientras mi mente muere,
marcada por un mundo que lució
al fin radiante, antes del final.