Luego de un tiempo anhelando la energía de Tulum, hemos vuelto a conocer sus raíces. Su esencia permanece pura, aun así, el movimiento de su vibra explora otros ritmos. En la calma, también hay intensidad. La creatividad de Tulum está evolucionando, y Hotel Bacab La Veleta es una muestra clara de hacia dónde va.
Desde el inicio, Bacab no se sintió como un hotel más. La experiencia es distinta: no se trata solo de hospedarse, sino de ser parte de una comunidad. Este proyecto nace del trabajo colaborativo de un grupo de profesionales comprometidos con promover un Tulum más sano, artístico y enfocado en la hospitalidad. Aquí, quienes llegan no son solo huéspedes, sino parte activa de un espacio en movimiento.
Al estar ahí, la rutina se fue adaptando por sí sola. Las mañanas empezaban con yoga, un rato para respirar, luego algo de entrenamiento funcional y, al final, un descanso junto a la alberca. Todo fluía de manera natural, sin necesidad de apurarse o presionarse.
Uno de los aspectos más interesantes fue la conexión con el arte. Bacab trabaja con artistas residentes que no solo exponen su obra, sino que comparten procesos, talleres y experiencias. El hotel tiene su propia galería, pero también convierte distintos espacios en escenarios para la creatividad.
Además, El Jardín de Bacab se convirtió en uno de nuestros lugares favoritos. Con una programación que cambia cada semana —cine al aire libre, noches de jazz, cenas compartidas—, es un punto de encuentro que mezcla lo local con lo internacional, lo espontáneo con lo curado.
Más allá del diseño, las actividades y el entorno, lo que realmente distingue a Bacab es la intención: construir algo que va más allá del turismo. Una red, una comunidad, una plataforma donde el arte, el bienestar y la conexión humana están al centro.
El Tulum de hoy es distinto. Está en plena transformación, y proyectos como Bacab demuestran que ese cambio puede estar guiado por una visión más consciente, creativa y orientada a construir comunidad.
Durante nuestros días en Tulum, visitamos algunos lugares que vale la pena tener en el radar para tu próxima escapada:
Desayuno en Mera
Un restaurante que mezcla lo mejor del estilo europeo con una carta de desayunos inspirada en la cocina japonesa. El café es excelente y el ambiente tiene esa calma perfecta para arrancar el día: ya sea en buena compañía o leyendo un libro en silencio.
Shopping en Hindra Boutique Tulum
Una tienda donde cada prenda tiene algo especial. Piezas únicas hechas en lino y algodón, con una estética natural y cuidada. Hindra une sustentabilidad, diseño y trabajo artesanal de forma honesta y sin esfuerzo. Ideal para encontrar algo que te acompañe más allá del viaje.
Playa en el Beach Club de Libélula
En plena Reserva de Sian Ka’an, este lugar es un respiro. Lejos del ruido, con mar abierto y una atmósfera tranquila, es perfecto para pasar el día sin mirar el reloj. Desde la mañana hasta el atardecer, todo invita a bajar revoluciones.
Cena y drinks en La Guarida
La Guarida es una casa antigua con mucha personalidad y una energía bohemia única. Hay vinilos, juegos de mesa, talleres espontáneos, buena comida y mocktails bien preparados. Aunque no soy de salir mucho de noche, este lugar tiene algo que te atrapa. Es de esos sitios donde todo fluye diferente.