
Dior traslada el imaginario de la Riviera Francesa al maquillaje con una colección que cruza diseño, color y referencias a la alta costura. Peter Philips, director creativo de Dior Makeup, toma elementos clásicos de la maison —el Toile de Jouy, los tonos del Mediterráneo, la idea de escapismo— y los transforma en una propuesta visual que es tanto maquillaje como objeto.
Adentro, el color aparece en tonos coral, rosa, cobre y dorado. Las texturas —mate, satinada, metálica— funcionan tanto para lo sutil como para lo intenso, con acabados que atrapan la luz sin sobrecargar la piel. Hay bronceadores e iluminadores diseñados para mezclarse entre sí, y paletas de sombras que se leen como paisajes cálidos.
La línea para labios amplía la paleta con tintes, aceites y glosses en tonos inesperados —azul transparente, amarillo cítrico, frambuesa brillante— que se sienten más como un gesto libre que como una tendencia. Todo refleja un maquillaje que busca expresar, no corregir.
Dioriviera no reinventa el verano, pero lo interpreta con una visión contemporánea, donde maquillaje, moda y diseño se fusionan.
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