Jean Paul Gaultier por Simone Rocha
La sutileza de la provocación
(FASHION)

Dentro del ámbito de las colaboraciones, una de las más recientes y esperadas tuvo lugar durante la semana de la moda de alta costura. Jean Paul Gaultier por Simone Rocha se erige como un exquisito ejemplo de lo que ocurre cuando dos lenguajes visuales se entrelazan, comunicándose entre sí para dar vida a un nuevo universo creativo.

La colección navega por una provocación delicada, sutil, elevada y estructurada, marcando el debut de Simone Rocha en la alta costura. Combina la estética moderna con la artesanía victoriana y las siluetas complejas que solo las casas de alta costura pueden lograr. La transformación de la corsetería en vestidos, faldas y lencería da vida a las prendas, con la delicadeza que la diseñadora planificó meticulosamente para cada atuendo. Siluetas y textiles tan íntimos, revelando la piel, remitiendo el concepto en el que tanto se enfoco Jean Paul Gaultier; la sensualidad del cuerpo y su provocación a través de las prendas.

Simone Rocha se enfocó en transmitir una sensación específica a los invitados, asegurando así la coherencia de la colección y, especialmente, de la colaboración. Se trata de texturas delicadas, complejas y, sobre todo, visualmente provocativas, con ambivalencias entre el frente y la espalda de las prendas, así como en las siluetas y las texturas.

La delicadeza de esta colección no solo se sostiene en las técnicas de bordados o confección para lograrse, también requiere atención a los detalles que la diseñadora planeo estratégicamente. Las notas del show explicaban cada uno de los looks, sus materiales, siluetas y capas, al igual que leer la descripción de una pieza en un museo. Sus materiales incluían tradiciones victorianas como el cabello en los aretes y en los zapatos, que solía representar la vida y el amor.

Simone Rocha menciona que la colaboración es la representación exacta de su diseño contemporáneo. Nunca podría repetir la colección en su totalidad. Claro que otorgó el peso adecuado a los elementos propios y de Jean Paul Gaultier para que se sintieran unificados, como un baile entre ambos diseñadores (moños en rayas horizontales azul marino). ¡Genial!

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