El Museo de Antropología es un espacio muy inspirador, no solo por las piezas que acoge y muestra en exhibición, sino también por los símbolos icónicos, gráficos y pictóricos que se han vuelto muy icónicos para la cultura mexicana. En el marco de la celebración de los sesenta años de la inauguración del Museo Nacional de Antropología, el estudio creativo Can Can realizó un diseño para la exhibición de “sesenta años, 60 fotos” una selección de fotografías tomadas por artistas mexicanxs, con lugar en el espacio expositivo de Reforma.
El trabajo de Can Can, lidereado por Jackie Crespo y Gabino Azuela se rige por la constante exploración multidisciplinaria de formas para representar símbolos y el constante cuestionamiento de cómo abstraer la idea y crear un objeto o imagen a través de algo existente, desde una inquietud de exploración entre formatos.
Todos los desarrollos conceptuales de Can Can comienzan desde la investigación. Hay un análisis profundo de los objetos y figuras que forman parte del trasfondo histórico y cultural que hoy en día habita en la conciencia de una comunidad. Se trata de encontrar un punto de encuentro donde el significado y el diseño convergen para enaltecer los valores de la identidad a representar, manteniendo una forma auténtica.
Gracias al fenómeno histórico de la imprenta y otros movimientos sociales de la década de los sesentas, trabajar con el objeto del cartel fue muy interesante, más en la idea gráfica y todo lo que implica, como las texturas y contrastes que deja la tinta. Las fotos que se utilizaron para de referencia son fotos de archivo del museo en esa época.
En su estudio, es valioso tomarse el momento para regresar y ver todo el contexto del proyecto para abrir la conversación de cómo combinar el pasado existente y sus elementos con el contexto contemporáneo, además de hacer sesiones de feedback y reediciones. Mantener el proyecto en varias perspectivas enriquece el crecimiento y se refleja mucho en la búsqueda de una nueva expresión o una nueva posibilidad a la hora del diseño o de la expresión gráfica. Esta naturaleza es lo que le da una identidad muy reconocible; por más que los elementos no siempre sean los mismos, hay una personalidad detrás de cada diseño que muestra esa autenticidad de Can Can.
Con respecto a su inspiración en Manuel Felguérez, fue importante reconocer que el aniversario de 60 años es del recinto, y, así como habrá una exposición que mostrará las fotografías de otrxs 60 artistas, el enfoque de Can Can es más hacia el espacio, pues la fachada, además de ser icónica en la arquitectura mexicana, se convierte en el primer punto de encuentro entre el corredor de Reforma, el Bosque de Chapultepec y el Museo.
La abstracción original del artista produjo un elemento fundamental para la cultura mexicana, la calavera, y lo sintetizó en un símbolo muy particular a través de un material complicado, como lo es el metal. Una de las primeras inquietudes al observar el muro por primera vez surge al querer nombrar la figura ¿es una mariposa, un antifaz? Esa ambigüedad en la lectura por medio del patrón y la repetición es lo que más resonó en el concepto creativo de Can Can, así como el trabajo de herrería, que hace ver el objeto muy ligero.
Dentro de su exploración en el medio análogo y digital, es importante reconocer la carga de cada elemento, así como su salida gráfica. Hay un punto de encuentro donde lo plástico converge con lo digital, y ambos formatos se reúnen en un diálogo entre medios. Jackie tiene un contexto tipográfico, por lo que desarrolló el gesto del dibujo de la palabra a través de un lettering particular que se inspira en la celosía de Manuel Felguérez, nutriéndose del modernismo en los sesentas, para terminar un una tipografía personalizada.
La intención de este museo como el espacio que pone en contacto a las nuevas generaciones con los conocimientos ancestrales de nuestra cultura permanece vigente sesenta años después, y no solo porque seguimos teniendo intereses en el México Prehispánico y en las manifestaciones humanas a través de la historia, sino también porque continuamos en esta búsqueda creativa para dejar una huella colaborativa que rescate y celebre todos nuestros años en la presencia del tiempo, el legado del ahora.
Parte del contexto cultural del México de hace sesenta años es que se abrió una puerta a nuevos talentos y artistas emergentes de la era contemporánea para que, a través de proyectos colaborativos y de creación, pudieran consolidar lo que ahora nos parece esencial para la estética del movimiento. Parece ser que, hoy en día, no solo continúa en disposición esa posibilidad, sino que ya es parte del engranaje creativo. En esta campaña se reflejan los valores comunitarios de la colaboración, y se celebran más años por venir.
Can Can Apple Picks