Nací y crecí en Wuhan, China. Tiene un clima húmedo con lluvia durante todo el año, y la ciudad a menudo está envuelta en niebla. Está rodeado de agua por el Río Yangtsé que lo atraviesa. Aunque lleno de vida, también tiene un lado oscuro de romance, violencia y conflictos. Solía dar paseos a lo largo del agua en la ciudad y el campo, y tomaba el ferry a través del río, sintiendo la humedad, el polvo y el ruido. Ahí hice muchas fotos, e hice mi primera exposición individual de trabajos fotográficos. Wuhan es donde empecé como artista.

Me mudé a Shanghai después de graduarme de la universidad. Su prosperidad, diversidad e inclusión me entusiasman. Creo que es el centro más vibrante e internacional de arte contemporáneo en China con sus ricos recursos y ecosistema de museos, galerías e instituciones artísticas. Aquí aprendí mucho e hice muchos amigos de diferentes orígenes culturales. La libertad me da felicidad y creatividad. Alquilé un pequeño estudio en el centro de la ciudad, acumulé algunas obras a lo largo del tiempo y conocí una galería en la que tengo mucha confianza. Más tarde empezamos a trabajar juntos. Poco después de mi primer solo show en la galería, dejé mi trabajo diario y me convertí en una artista a tiempo completo.

La experiencia con la memoria y la percepción corporal siempre lleva tiempo. Con objetos específicos, me gusta primero observarlos y experimentarlos, y sentir su energía (que puede ser sutil y oculta, como sentirse deprimido). Siguiendo la percepción y la imaginación, el tacto, la luminancia, la temperatura y el olor de un objeto o una escena, me ayudan a unir las cosas. Este es esencialmente mi proceso de creación de una obra: activo la sensibilidad de lo “pequeño”, y gradualmente los sentimientos ambiguos ganan claridad, y una experiencia interna se transforma en visual. Tal vez esa ambigüedad resurge en los espectadores.

Todo evoluciona a través de la experimentación. Todavía pienso que mi pintura está estrechamente relacionada con mi experiencia fotográfica. Al principio, utilizaba la cámara para capturar planos de intimidad. El impulso y la experiencia de hacer esas fotos son valiosos para mi práctica hasta el día de hoy. Posteriormente cambié hacia una forma más lenta y libre de transmitir mis experiencias internas en lienzo o en papel, ahí profundicé en el estudio del color y la forma, mientras continuaba empleando la observación. Trabajo en una fusión de diferentes ideas e impulsos para crear un lenguaje emocional más expresivo, que puede articular misterio e intimidad. Todavía a menudo me encuentro sin saber qué haré a continuación. Todavía estoy experimentando la “iluminación”, donde todo se siente fresco, y cada día estoy emocionada de hacer algo nuevo.

No quiero que los colores de mi pintura sean una representación directa del mundo. El color puede ser objetivo y natural, o reflejar una experiencia interior. Utilizo el color para expresar realidades externas e internas. Experimento con paletas de colores y composiciones extensamente, para encontrar un equilibrio visual y emocional deseable. En muchas de las pinturas que representan cuerpos enredados o momentos íntimos, utilicé tonos altamente saturados y brillantes, como el rojo fluorescente y el amarillo. Tienen una calidez visual casi cegadora, y una cualidad de incertidumbre y tensión, que transmiten temperatura sensorial e intensidad emocional. Cuando quiero pintar emociones tiernas y deseo velado, elijo colores pastel con una calidad sugerente como el nude rosado o el gris azulado. Quiero que el espectador sienta calidez, intimidad y una complejidad de emociones, como si estuvieran encerrados en una niebla de misterio y ambigüedad.

Mis ideas se originan en las escenas, momentos y relaciones en mi vida personal. Presto mucha atención al cuerpo y a los sentidos, siempre trato de aprovechar las experiencias sensoriales y dejar que me guíen. La literatura y el cine también son influencias importantes. Por ejemplo, Alfred Hitchcock es uno de mis cineastas favoritos. He visto casi todas sus películas. Era un maestro en la creación de escenas con pistas tentadoras, y logra capturar los matices sutiles y emocionales. Atrae al espectador a los mundos internos de los personajes, y te lleva a una montaña rusa emocional de tensión y placer. David Lynch, por otro lado, a menudo usa elementos místicos y sobrenaturales, como alucinaciones, sueños, monstruos y deformación para romper el límite de la mundanidad y presentar un estado psicológico inexplicable. El proceso de pintar también es inspirador. Cada pintura es un mundo en sí mismo; todo en él es incierto, un suspenso.

La vida es una serie interminable de encuentros casuales. Simplemente los asimilo y los aprecio. Creo que a veces la ignorancia puede ser algo precioso. A menudo trato de despejar mi mente y liberarme de ideas preconcebidas culturales y políticas; esto me permite encontrar nuevos experimentos. Al superponer y yuxtaponer varias imágenes, nunca sé cómo resultará.