
En un mundo que avanza a un ritmo vertiginoso, donde lo natural parece ceder ante lo artificial, Rut Necoechea nos invita a reconectar con la sabiduría de las plantas, el cosmos y los ciclos de la vida. Su práctica, que abarca la fitoterapia, la herbolaria tradicional y la agricultura biodinámica, es un testimonio del poder transformador de la naturaleza cuando se le escucha con respeto y atención. A través de su proyecto Savia Sabia, Rut cultiva no solo plantas, sino también conciencia, proponiendo un futuro donde lo vegetal vuelva a ocupar el lugar que merece en nuestra existencia. En esta conversación, nos comparte su visión sobre la relación entre el cosmos y la tierra, el valor de los saberes ancestrales y la importancia de mantener vivo el asombro frente a la naturaleza.
Rut, en este momento, ¿cómo definirías tu conexión con el cosmos y cómo se traduce en tu trabajo diario con las plantas?
Creo que puedo resumir una respuesta muy larga con una frase muy corta: como es arriba, es abajo. Si realmente prestamos atención y conectamos con la naturaleza que nos rodea, nos daremos cuenta de cómo la mecánica celeste influye en la mecánica terrestre y viceversa. A veces, hablar en estos términos puede sonar abstracto o “esotérico”; quizá muchxs lo consideren “no científico”, pero en realidad me refiero a fenómenos observables, cotidianos y tangibles para todxs. Por ejemplo, nadie negaría la influencia de la luna sobre las mareas o del sol en la fotosíntesis y el cambio de estaciones.
Habitamos un planeta vivo donde cada ser forma parte de una totalidad dinámica, que a su vez pertenece a un sistema interconectado e interdependiente. Las plantas son antenas receptoras de las fuerzas cósmicas en el organismo Tierra. Cada planta es un universo, cada jardín un microcosmos, y en ese sentido, trabajar con plantas es, sin duda, trabajar con el cosmos.
En tu vida, has explorado la fitoterapia, la herbolaria tradicional y la agricultura biodinámica. ¿Cómo se entrelazan estas enseñanzas en tu ser y cómo se manifiestan en lo que haces hoy?
Aunque la herbolaria lo engloba todo, me gusta abordar mi trabajo desde diferentes perspectivas y tener siempre a la mano distintas “cajas de herramientas”. Estas disciplinas se entrelazan porque parten de principios universales que surgen de la observación de la naturaleza. Para mí, las plantas no son solo “sustancias químicas”, sino seres vivos. En Savia Sabia, cuando decimos que trabajamos “de la semilla a la extracción”, es porque cada parte del proceso importa: el trabajo con la tierra, los ritmos, las cosechas, los métodos de extracción y el trabajo con nosotrxs mismxs. Nuestro propio cuerpo es un microcosmos, y todo está conectado.
¿Cuál es el valor de lo ancestral en un contexto como el de México, que tiene una rica herencia en el uso de plantas medicinales?
Vivimos en un país con una grandísima diversidad, no solo biológicamente, sino también culturalmente. Muchos saberes se han conservado no como reliquias del pasado, sino como prácticas vivas. Lo ancestral sigue siendo profundamente relevante hoy; por eso se ha transmitido generación tras generación. Todo cambia: las plantas que tenemos hoy son distintas, el mundo es distinto. Pero el enfoque de respeto, gratitud y complicidad con el mundo vegetal es universal. Como estudiantes de la naturaleza, tenemos el privilegio de aprender de cosmovisiones ricas y contribuir a su preservación, asegurando que continúen vivas y puedan ser transmitidas a las generaciones futuras.
En tu experiencia, ¿qué herramientas consideras imprescindibles para trabajar de manera respetuosa y efectiva con las plantas?
Primero que nada, la intención es fundamental. Debemos purificarnos, abrir nuestra mente y nuestros canales de percepción para acercarnos a una planta con el enfoque adecuado y recibir su conocimiento. Dicho esto, me gusta que las plantas sean accesibles para todxs. No necesitas herramientas sofisticadas para empezar:
Si te interesa trabajar desde la semilla, puedes empezar con una maceta en casa y cultivar hierbas de olor.
Si quieres hacer recolección salvaje, establece una relación con las plantas y sigue reglas básicas: evita lugares contaminados, no coseches más de la mitad disponible, agradece y pide permiso.
Si compras plantas ya procesadas, investiga bien su origen y apoya productores locales con prácticas sostenibles. La herbolaria sigue siendo una práctica viva en México: ve al mercado, conéctate con tu hierbera de confianza y empieza por ahí.
No te preocupes si no sabes por dónde empezar: muchas veces, una simple infusión es más efectiva que una extracción altamente concentrada. Si trabajas con plantas contentas y vitales, te guiarán en el camino.
En Savia Sabia, las plantas ocupan el espacio que merecen, con respeto y cuidado. ¿Cómo crees que nuestras vidas pueden transformarse si las escuchamos sin filtros?
Las plantas son grandes maestras. Creo que cada planta es la máxima autoridad en su propia materia. Si las entendemos como mensajeras del cosmos, escucharlas se vuelve vital para nuestro desarrollo, tanto individual como colectivo. Hildegard von Bingen decía que en todas las cosas hay música del cosmos. Entonces, ¿por qué no intentarlo? Acércate a una planta, conéctate profundamente con ella y escucha su música, su mensaje.
Creemos que el asombro es clave para mantenernos presentes. ¿Cómo cultivas esa capacidad de asombro en un mundo tan acelerado y desconectado de la naturaleza?
No necesitamos viajar lejos para reconectar con la naturaleza. Nosotrxs mismxs somos naturaleza. A veces solo es cuestión de bajar la velocidad y estar presentes: si prestas atención, verás dientes de león creciendo entre las grietas de una banqueta. ¿A quién no le asombra eso? Si vives en la ciudad, quizá la banqueta misma esté rota por las raíces de un árbol cuya sombra ni habías notado. Si te alejas de las luces y miras al cielo, descubrirás la luz que habita en todo lo que nos rodea. Como las estrellas fugaces, nos estamos moviendo, viajando en un milagroso cuerpo humano que es también un universo por descubrir. Más que forzar el asombro, a veces solo hay que abrir bien los ojos.
Tu trabajo también genera conciencia sobre el cuidado del medio ambiente y la preservación de las plantas. ¿Cómo imaginas un futuro donde las plantas tengan un papel central en nuestra vida diaria?
En Savia Sabia decimos que el futuro es vegetal porque ya no podemos separarnos de la naturaleza ni de sus procesos. No importa si trabajas con plantas o con algoritmos: eres parte del problema y parte de la solución. Las plantas nos enseñan estrategias de crecimiento basadas en la colaboración, no en la competencia. Nos muestran que los árboles no actúan como individuos, sino como colectividades. Desde el micelio hasta las redes invisibles que conectan la vida, la naturaleza nos recuerda constantemente nuestra interdependencia. Y todo empieza por nosotrxs: ¿Escuchas a tu cuerpo? ¿Estás conectadx con tu propósito? Como las plantas, nacimos en la tierra para florecer y compartir nuestra luz con el mundo.
Finalmente, ¿cómo ves la relación entre lo ancestral y lo contemporáneo en la herbolaria?
Los saberes ancestrales son atemporales. La herbolaria es un sistema universal que sigue vigente porque es flexible y aplicable a distintos tiempos y contextos. Como dice Bruno Latour: “No hay nada más innovador, actual y científico que vivir dentro de los límites de nuestro sistema terrestre tal como existe”. Más que imaginar futuros alternativos, prefiero pensar en futuros habitables, donde la vida prospere. Y en ese sentido, las plantas tienen mucho que enseñarnos sobre resiliencia, creatividad y sabiduría.