Elisabeth Johs es una artista y curadora que se ha encargado de promover a artistas contemporáneos emergentes. Hace un año y medio estableció su galería JOHS en la Ciudad de México con un portafolio único y una atmósfera brillante, acogedora y espiritual. La galería es un espacio multilateral donde distintos artistas como Demit Omphroy, Melissa Ríos, Cassandra Mayela han hecho residencia con Elisabeth, explorando y descubriendo cualidades de arte.
¿Cómo decidiste establecer la galería en Ciudad de México?
Siendo completamente honesta, me mudé a la Ciudad de México por amor, mi novio era mitad mexicano y decimos mudarnos, sin embargo, al final el no vino y tuve que terminar el proyecto de la galería sola.
Encontré la casa al azar, es un edificio modernista de los años 70, en ese momento el lugar estaba muy deteriorado, nadie lo había habitado en varios años, entonces comencé a renovar, decidí que también quería vivir aquí y que se hiciera el arte aquí.
Al principio fue difícil porque estaba negociando con muchos hombres, negociaba con mi arrendador, con los artistas, con los coleccionistas, ahora siento que estoy negociando con cosas mucho más grandes, porque soy un pez tan pequeño y hay un enorme mar de galerías. Vivimos en un mundo dominado por hombres, y en el mundo del arte lo es también y realmente es un desafío grande y constante.
Lo que sucede en los negocios es que cuando un hombre es asertivo y firme con lo que quiere es respetado, poderoso, fuerte, en cambio con las mujeres no es así. Es un juego que sigo aprendiendo y descifrando.
¿Cuál crees que sería uno de tus mayores retos de ser mujer en la industria del arte mexicano?
Creo que mi mayor desafío aquí es por defecto, el que el español no es un idioma donde yo me sienta segura hablando, y si planeo estar aquí a largo plazo, es algo en lo que necesito trabajar; se necesita dialogar con la gente, trabajar con artistas, ver la escena, y todo aquí está muy relacionado con el lenguaje, creo que va a ser una montaña importante que escalar.
Manejar cualquier proyecto creativo requiere estar atenta a cuestiones administrativas y al mismo tiempo estar en contacto con nuestra sensibilidad para ser creativas ¿Cuáles son las prácticas que te ayudan a mantenerte en balance con tu energía femenina y masculina?
Claro, siento que todo el día estoy en contacto con mi elemento masculino y el reto es mantener un toque femenino que me permita conectarme con la creatividad y el flujo de todas estas cosas que encarna la energía femenina.
Vivo en la galería, por lo que es un gran desafío para mí poder desconectarme por la noche; para mí, un ritual ha sido tomarme el tiempo para estar sola en el espacio, eso es algo que me gusta mucho, me da mucho tiempo para pensar en el próximo show.
Es realmente una lucha, no creo tener la respuesta todavía, creo que estoy en el viaje de encontrarla, pero uno de ellos es escribir un diario, escribir lo que sientes y tus observaciones de ti mismo es como un viaje continuo y conocerte a ti mismo, eso ha sido bueno para mí, también el recordar de respirar, es tan loco que olvidamos a veces.
¿Cómo eliges a los artistas para tus residencias?
Escogemos artistas que tienen una técnica sólida y una práctica fuerte. Recibimos muchas aplicaciones, realmente es difícil elegirlos, pero tratamos de elegir a menudo a alguien que esté comenzando su carrera, personas que viven lejos y parecen estar a punto de crear cosas buenas, encontrándose a sí mismos como artistas y realmente desarrollando un tema interesante.
Tuvimos una artista llamada Melissa Ríos que vino desde Costa Rica, esto fue el año pasado, realmente no la había conocido bien porque había estado viajando durante esos meses pero cuando volví y la vi pintando, fue uno de esos momentos en los que estás viendo y dices “ella lo tiene todo” sin duda es increíble; ella estudió arquitectura y diseño gráfico, y con tan solo esa pintura se podía ver que había encontrado lo necesario, esos son el tipo de artistas que tratamos de encontrar.
¿Qué enfoque tienes con las residencias?
Diría que muchas de las residencias se trabajan principalmente enfocándose en dar materiales para los artistas, ayudarlos mucho con su cuerpo de trabajo y retroalimentación, nosotros somos una residencia que brinda el espacio y dejamos que los artistas hagan su trabajo, al igual proporcionamos una plataforma para promocionar su arte y venderlo, entonces, los artistas que elegimos son principalmente principiantes que sentimos podrían usar nuestra ayuda para ser promocionados o también desarrollar su mercado.
¿Cómo describirías el proceso de encontrar tu voz curatorial?
Creo que mi voz con este espacio realmente ha sido crear una atmósfera que es casi religiosa o espiritual, quiero que la gente entre aquí y se sienta como si estuviera en un templo o en una casa extraña; aquí tenemos siempre gente almorzando, pero también hay gente trabajando y también hay arte en las paredes, siento que no quiero ser una caja blanca.
Si pudieras decirle algo a tu versión joven ¿Qué sería?
No tengas miedo, estuve paralizada durante muchos años, todavía estoy paralizada a veces, poco a poco estoy empezando a diseñar cosas nuevas y diseñar esculturas, durante mucho tiempo tuve tanto miedo de no hacerlo bien que no hice nada, hasta que tomé la gran decisión y es claro que una vez que das el primer paso todo se vuelve más sencillo, desde que hice mi primer exposición me volví adicta a dar ese paso.
¿Planeas trabajar en obra tuya pronto?
Realmente me gustaría que tuviéramos un departamento de muebles y diseño, me interesa mucho el diseño, así que es sí, esa es una de mis metas.
Ciudad de México, es increíble para mí, porque aquí realmente puedes crear cosas y creo que la libertad ha sido tan reveladora para mí. Hacer propuestas aquí es bastante sencillo, existen muchas propuestas por los artistas, siempre son realmente amables, amigables y mucho más accesibles, si eres cordial, eso se manifiesta de regresa.