Reflejos energéticos
Entrevista con Nika Milano
(CULTURE)
Stills de “Yo misma soy la guerra”, cortometraje, 2023.

El reflejo del color lo podemos apreciar a través de ondas energéticas que generan, alteran y extienden la sensorialidad que nos transmiten los colores y las texturas, especialmente en nuestra vida cotidiana, donde interactuamos con pantallas que transforman la percepción de los colores.

El trabajo de Nika Milano, artista venezolana de medios digitales, se ha centrado en reflejar estos espejismos visuales a través de su trabajo audiovisual, creando espacios que albergan reflejos de color que posiblemente remiten a la energía presente en su proceso creativo. Su obra se ha enfocado en una constante búsqueda personal, explorando nuevas formas de expresión y experimentación con la luz, el sonido y el movimiento.

Stills de “Yo misma soy la guerra”, cortometraje, 2023.

SABEMOS QUE USAS EQUIPO ANÁLOGO ¿MODIFICAS TU PROPIO EQUIPO PARA CREAR VISUALES? ¿HASTA QUÉ PUNTO INTERVIENES TÚ EN EL PROCESO ELÉCTRICO/CREATIVO DE ESTO?

Sí, trabajo con máquinas viejas o –tecnología obsoleta– y un pequeño sistema de síntesis modular para visuales. El primer aparato que tuve para experimentar con video lo armé y soldé yo misma (cosa complicadísima que no haría de nuevo) y en su momento también tuve un colorizador de video modificado, para tener estos efectos de glitch. Poco a poco me di cuenta que no me interesaba ese camino. Ahora juego con rutas entre los sistemas internos de cada aparato, y estoy obsesionada con el video feedback. Allí encontré un espacio de posibilidades infinitas –expansor de curiosidad- que me permite repensar constantemente mi práctica y mi existir.

Uso mucho mi cuerpo para intervenir e interferir en las señales y en los circuitos, eso sí.

¿CÓMO ABORDAS LA IMPROVISACIÓN EN TU PROCESO CREATIVO? Y ¿CÓMO INFLUYE EN EL RESULTADO FINAL?

Supongo que mi proceso está lleno de improvisación, si lo pienso como un espacio en el que me dejo suceder.

La curva de aprendizaje ha sido muy larga, a veces lenta, a veces parecía inamovible, pero siempre el camino termina conectando con la necesidad de expresión y sigo. Hablo del aprendizaje porque cuándo me encontré con el video tenía mucha necesidad de controlar, de saber usar las máquinas y de entender todo lo que sucedía. La práctica me ha permitido alejarme de esa obsesión, de la ilusión del control, y eso me ha reconectado con la capacidad del juego y de la improvisación.

A veces me gusta jugar conmigo y con las contradicciones que encuentro en el proceso. “Yo misma soy la guerra” es una pieza en la que todo está súper medido y controlado, pero en la que el azar y el caos son los pilares. El video me ha enseñado a abrazar el caos, la destrucción y la imparable transformación.

¿CÓMO CREES QUE TUS CREACIONES EVOLUCIONAN Y SE EXPANDEN A LO LARGO DEL TIEMPO?

No sé si en este momento concibo el tiempo como algo lineal, que va hacia adelante…

Creo que de alguna manera las piezas terminan resonando. Se expanden si llegan a alguien, sólo así encuentran algún sentido. Buscan reflejos.

Stills de “Yo misma soy la guerra”, cortometraje, 2023.
Stills de “Yo misma soy la guerra”, cortometraje, 2023.

TUS VISUALES EMITEN UN ESTADO MEDITATIVO ¿CUÁLES HAN SIDO LOS PROCESOS TRANSFORMATIVOS QUE HAS DESCUBIERTO EN TU TÉCNICA/ OBRA MEDITATIVA?

Al principio no estaba muy consciente ni de la temporalidad de mis procesos ni de cómo trabajaba. Poco a poco mi práctica y estos momentos devinieron en algo sagrado, que cuido y respeto mucho. Paso horas y horas con las máquinas encendidas. Sintiendo, mirando, grabando, escuchando música. La meditación es algo que antes me daba miedo y que ahora es parte fundamental de mi vida (hablo de la meditación como algo libre, esa práctica única y perfecta en su singularidad a la que todos podemos llegar).

Creo que los momentos y espacios para meditar y permitirte la introspección son salvadores, al menos lo han sido para mí. Ese espacio de introspección que encuentro en mi práctica, es lo que me ha permitido entablar un vínculo con el mundo exterior, conectar con otros. La mayoría de los procesos emocionales que vivo se reflejan en lo que hago (en cómo decido mover el eje de la cámara, conectar o desconectar un cable. A veces descubro que no he cambiado una conexión en años, y que con moverla se transforma todo). Encuentro que los cambios que pueden parecer a veces mínimos, son los que terminan resonando más fuerte en el tiempo. Podría contar muchas cosas. Soy muy afortunada de poder trabajar en algo que me apasiona y que me permite explorar y cambiar constantemente.

Stills de “Yo misma soy la guerra”, cortometraje, 2023.

¿QUÉ HAS ENCONTRADO EN ESTA INTERDIMENSIONAL VISUAL QUE CREAS?

Todo el tiempo me encuentro con analogías, pero creo que es algo que me pasa desde niña, siempre tejedora. Esto suena terrible, pero me encuentro. Creo que poco a poco se ha empezado a reflejar la manera en la que percibo los espacios, el sonido, la energía. No ha sido algo consciente, creo que la transformación personal va de la mano con lo que hago, así que ahí la llevo, despacio, con paciencia, aprendiendo.

¿CÓMO HABITAS LOS NUEVOS MUNDOS QUE CREAS?

A veces encuentro pequeñas sorpresas, me siento a tomar el té bajo el sol de la tarde. Otras, salgo corriendo de tanto espanto.

¿CÓMO DESCRIBIRÍAS TU ENTENDIMIENTO/PERSPECTIVA SOBRE EL COLOR A PARTIR DE TU PRÁCTICA?

El color es un paisaje cargado de melancolía.

¿CÓMO CREES QUE LA SOMBRA/OSCURIDAD SE REFLEJAN EN EL COLOR DE TU OBRA?

Como dijo Derek Jarman, la sombra es la reina del color.

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